En enero del 2018, se presentó una demanda en contra de Ford y Bosch en donde se acusa a las dos compañías por haber colaborado para poder ocultar la emisión de gases de hollín y óxido de nitrógeno (NOx [por sus siglas en ingles]) de las camionetas F-250 y F-350 Super Duty 2011-2017.
En la demanda se declara que Bosch le suministró el programa a Ford, cual se utiliza para hacer trampa durante las pruebas de emisiones. Ese programa, se le conoce como un “dispositivo de desactivación”, que permite ajustes en los parámetros del motor durante las pruebas que hace la Agencia de Protección Ambiental (EPA [por sus siglas en ingles]). Una vez que se le deja de hacer la prueba a los vehículos, y están en la carretera, los parámetros se restablecen y el vehículo emite 50 veces más el límite legal.
De 1994 a 2010, Navistar, anteriormente conocido como International Harvester, era quien le suministraba los motores de diésel a Ford. Esta compañía fabrica motores diésel, camiones pesados y chasis, y solía fabricar camionetas SUV.
Ford comenzó a diseñar y fabricar sus propios motores diésel con la ayuda de Bosch en 2011, con respecto a los cambios en las normas legales de emisiones. El primer motor diseñado bajo este nuevo sistema fue el motor Power Stroke de 6.7 litros, que forma parte de la familia de vehículos “Scorpion”.
Fuente: Roadshow by CNET