Quince conductores presentaron una demanda colectiva en contra de Ford con respecto a los vehículos diésel Ford 2011–2018 que fueron equipados con un motor Power Stroke de 6.7 litros y una bomba de inyección de combustible CP4 (por sus siglas en ingles).
En la demanda, afirman que Ford sabía que la bomba CP4 era incompatible con el combustible y sus vehículos de modelo diésel estadounidense y aun así se la instalaron a estos vehículos de todos modos.
El combustible diésel estadounidense es más limpio y delgado que su equivalente europeo.
Como resultado, supuestamente no proporciona suficiente lubricación a las bombas de combustible.
Se forman bolsas de aire que hacen que los componentes metálicos se froten y produzcan limaduras metálicas que circulan por todo el motor.
Como consecuencia, los motores fallan sin previo aviso al conductor. Otras demandas colectivas afirman que, independientemente del componente de la bomba de combustible CP4, los motores diésel Power Stroke de 6.7 litros son propensos a otros defectos.
Fuente: TopClassActions